28 de febrero / 2017

Els pantans es van convertir en camps d’arròs, i els arenals i les vessants pelades en atapeïts tarongerars. En esta tasca transformadora només es van emprar enginy i braços aplicats, més que a la terra, a l’aigua. L’aigua de veres, l’aigua que beneficia i rendeïx sense atazars, és la dels rius i les séquies…

JOAN FUSTER

Así definía Fuster la transformación que sufrieron la comarca de la Ribera del Júcar primero, y la parte meridional de l’Horta Sud más tarde, con la humanización del territorio desde tiempos ancestrales para optimizar el uso de las aguas que bajaban por el río que la atraviesa y le da nombre. Humanización que se hizo evidente con la construcción, en el siglo XIII, de un assut en Antella para hacer discurrir las aguas del Júcar a través de un canal —la Acequia de Alberic, hoy en día Acequia Real del Júcar— que, con el paso del tiempo y varias ampliaciones, acabaría regando las tierras (muchas de ellas baldías, al estar lejos del curso del Júcar o más altas que este) de 20 poblaciones de estas dos comarcas, transformándolas en productivas tierras de cultivo y propiciando su rápido desarrollo.

La Ribera

Se denomina Ribera del Júcar la gran comarca que se extiende a las dos orillas de este río en su último tramo de 90 km, antes de llegar a la mar, y que constituye una llanura de inundación construida con las aportaciones sedimentarias del Júcar y de sus afluentes.

Acostumbra a distinguirse entre Ribera Alta y Ribera Baja, a pesar de que la mayoría de los pueblos se encuentran entre el nivel del mar y los 30 o 40 metros de altitud. Tampoco queda clara la división, ya que hay pueblos vecinos casi al mismo nivel, como Algemesí y Albalat —que pertenecen a una y otra comarca, respectivamente—, u otras que son casi una única unidad urbana, como Benifaió (Ribera Alta) y Almussafes (Ribera Baixa), que incluso comparten algunos servicios municipales. Por eso, diríamos que el abanico aluviado del Magro es el único elemento físico que podría servir como divisoria entre la Ribera Alta y la Ribera Baja.

Mapa de la Ribera Alta
Mapa de la Ribera Baixa

Geografía física y humana de la comarca de La Ribera

La Ribera, que ocupa una superficie total de 1.291 km2 limita: al norte con la Hoya de Buñol, la Huerta Oeste y la Huerta Sud; al este con el Mar Mediterráneo; al sud con La Costera y La Safor; y al oeste con la Canal de Navarrés.

La conforman 48 municipios con unos 295.000 habitantes, siendo Alzira y Sueca los municipios más poblados (con más habitantes) y Algemesí y Almussafes los más densos (con más habitantes por kilómetro cuadrado).

 

Desembocadura del riu Xúquer a Cullera

El paisaje es eminentemente plano, dado que sus alturas apenas sobrepasan los 500 metros en el límite oeste a los contrafuertes del macizo del Caroig y la sierra del Cavalló. Cerca de Alzira encontramos la sierra de las Agulles, la sierra de Corbera y el Espacio Natural protegido de los valles de la Murta y la Casella. Por el este, la sierra de la Rabosa, en Cullera, completa la orografía de la comarca.

El Júcar, que acaba desembocando en Cullera, y sus afluentes (el Magro y el Verde por la orilla izquierda; y el Sellent y el Albaida por la derecha) son los ríos que atraviesan la comarca.

Además, hay que destacar que la parte del Parque Natural de la Albufera pertenece a los municipios de Cullera, Sueca, Albalat y Sollana.

La Huerta Sur

La Huerta Sur es una comarca del centro de la Comunidad Valenciana, con capital en Catarroja (aunque no es capital administrativa ni histórica).

Limita al norte con la Huerta Oeste y con la ciudad de Valencia, al este con la Albufera y al sur con la Ribera.

Con más de 155.000 habitantes repartidos en 12 municipios bastante poblados —por la proximidad de la ciudad de Valencia— y con unos 165 km2 de extensión, presenta una densidad de población cercana a los 1.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Por ejemplo, municipios como Catarroja, Paiporta, Alfafar, Silla o Picassent tienen más de 15.000 habitantes cada uno.

Cinco de sus municipios riegan su término con aguas del Júcar gracias a la Acequia Real.

 

Mapa de l’Horta Sud

La comarca de la Huerta Sud es de creación moderna —concretamente del año 1989— y comprende parte de la antigua comarca de la Ribera Baja y parte de la histórica Huerta de Valencia. Estas comarcas antiguas aparecen al mapa de las comarcas de Emili Beüt (Comarques naturals del Regne de València, publicado en 1934).

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28 de febrero / 2017

El clima

Al ser una comarca que limita con el mar tenemos un clima mediterráneo templado, con veranos calurosos e inviernos suaves, donde raramente cuaja la nieve. Las lluvias son escasas —alrededor de 550 l/m2 al año— y de una gran irregularidad (igual pueden pasar 6 meses sin lluvia como, de repente, se presenta una tormenta y cae toda el agua de ese tiempo en un chubasco).

En verano suelen formarse tormentas violentas y de corta duración, por el contraste de las altas temperaturas y la proximidad al mar. Normalmente lo hacen desde poniente, siendo más peligrosas y a menudo con granizadas, sobre todo cuando entran por tramontana.

Pero las lluvias más abundantes se producen en otoño y suelen originarlas las llamadas gotas frías, que provocan fuertes crecidas de los ríos que inundan los campos y los pueblos causando daños importantes.

La última crecida más fuerte fue en 1982, cuando se formó una gota fría muy potente que produció lluvias torrenciales continuadas en la cuenca del Júcar, llegando a recoger en sólo dos días 600 l/m2. Esto hizo que el volumen de entrada de aguas a la presa de Tous, procedentes del río Escalona y otras aguas superiores, fuera muy superior al que podía desaguar y que acabara sobrepasándola y deshaciéndola, provocando una riada trágica en la cual muchas poblaciones de la Ribera fueron inundadas.

Los vientos dominantes en la Ribera son dos: el poniente, que es seco, cálido en verano y ocasionalmente muy fuerte (con registros alrededor de los 70-90 km/h); y el levante, que es fresco, húmedo y más suave.

La vegetación

Este clima determina una vegetación de tipo mediterráneo, adaptada a largos periodos de sequía: margallón palmito, romero, tomillo, pebrella, esparto, coscoll, pino blanco, carrascas, lentisco, olivos…

Con estas condicionas, los cultivos agrícolas serían sólo cultivos de secano (trigo, avena, viña, almendros, algarrobos… ) sino fuera porque se riegan.

 

28 de febrero / 2017

El río Júcar nace en el Cerro de San Felipe (Montes Universales), en la provincia de Cuenca, a una altitud de 1.700 metros y a poca distancia del nacimiento de otros ríos como el Tajo o el Turia. Tiene una longitud aproximada de 500 km y su cuenca tiene una extensión de 21.578 km2. Las ciudades más importantes por las que pasa son: Cuenca, Alzira, Sueca y Cullera.

En su curso alto atraviesa parajes montañosos, después cruza la antiplanicie de la Meseta y finalmente se hunde en aquella llanura por un largo desfiladero que después se abre a través de montañas de aproximadamente un kilómetro de altura: por la izquierda la Sierra Martés (1.086 m), la Sierra del Ave (950 m) y la Sierra del Cavalló (827 m); y por la derecha el Macizo del Caroig (1.126 m) y la Muela de Cortes (1.107 m).

En Cofrentes recibe las aguas del Cabriol —su afluente más caudaloso— y, un poco más abajo, en el mismo pantano de Tous, las del río Escalona —poco caudaloso, pero muy peligroso por sus violentas riadas.

A la entrada de la Ribera se acaba el desfiladero y el río entra en un valle entre montañas de altura más moderada, que poco después van separándose del río, y a partir de la confluencia con los ríos Sellent y el Albaida empieza la llanura aluvial.

En este último tramo —el curso bajo—, donde a penas recibe aguas de los ríos Verde y Magro y de algunos barrancos, el río Júcar tiene muy poca pendiente y forma grandes meandros que llegan a doblar la distancia que hay en línea recta desde Tous hasta el mar.

 

22 de febrero / 2017

La Acequia Real del Júcar, nutrida por las aguas del Río Júcar, es sin duda el canal de riego más importante del país.

El origen del sistema de regadíos valenciano es antiquísimo; y, a pesar de que son tres las hipótesis que se mezclan (árabe, preromano y romano), la carencia de estudios rigurosos hace que ninguna de ellas esté probada científicamente. Aún así, aunque todas tienen sus defensores, parece ser que la más acertada es la que postula un origen romano de nuestro sistema de regadío —no solamente el del Júcar sino casi el de toda la cuenca mediterránea. Pero, está claro, esto no desdice la enorme importancia que tuvieron también los árabes tanto en el sistema de regadío como en la propia agricultura.

¿Qué razones motivan la construcción de la Acequia Real?

El año 1238, Jaume I conquista la ciudad de Valencia y, el año siguiente, empieza la conquista en el sur del Júcar. Pero una vez conquistado el territorio venía la tarea más importante: organizarlo, darle vida, explotar sus riquezas, atraer pobladores.

Por eso y para pagar con propiedades a los fieles que lo habían ayudado en la conquista, Jaume I inició una modernización del territorio que contemplaba la adaptación de la acequia existente y la construcción de una nueva: la Acequia Real. Y principalmente lo hizo por dos razones: por razones políticas (repoblar y mejorar las condiciones de los bienes otorgados) y por razones económicas (aumentar los regadíos para multiplicar la producción y aumentar las arcas reales gracias a los impuestos).

 

Construcción y características

La construcción de un canal de esta envergadura y con los medios de que se disponía fue una obra magna y se convirtió en todo un reto.

Primero se construyó desde Antella hasta Algemesí (s. XIII y XIV) y, posteriormente, se continuó hasta Albal en una segunda fase (1760-1815). Así, la Acequia Real, con una longitud total de 54 km, tiene su nacimiento en el Azud de Antella y va discurriendo de sur a norte hasta acabar en Albal, aportando agua a los términos de 20 localidades: Antella, Gavarda, Alberic, Benimuslem, Masalavés, Alzira, Guadasuar, Alcudia, Benimodo, Albalat de la Ribera y Algemesí (primera fase); y Alginet, Benifaió, Almussafes, Sollana, Picassent, Silla, Alcázar, Beniparrell y Albal (segunda fase). Por orden correlativo y hasta Benifaió son localidades de la Ribera Alta; hasta Sollana, de la Ribera Baja; y, las cinco últimas, de la comarca de la Huerta Sur.

De salida presenta una anchura de 10 metros, la cual se va reduciendo poco a poco según va perdiendo caudal, siendo la anchura de 6 metros a su paso por Guadassuar y de un metro a las postrimerías. En origen trae un caudal máximo de 12 metros cúbicos por segundo en la época de máximo riego (verano) —trayendo también la cañería de presión construida recientemente paralela a ella un caudal de 9 metros cúbicos por segundo durante 14 horas al día, en momento de máxima aportación.

Durante la época de invierno el cauce de la acequia madre no lleva agua, tiempo que se aprovecha para limpiarla y hacer las reparaciones que haga falta.

Cuando se mira el sistema de regadío en un mapa vemos que es parecido al aparato circulatorio, y es que en realidad hace una tarea idéntica: llevar el agua de riego a todas las partidas y campos del territorio que alcanza. Los diferentes brazales y acequias que se nutren de la Acequia Real hacen más de 500 km de conducciones. El agua pasa a estas conducciones a través de fesas, dando servicio a más de 30.000 regantes y atendiendo una superficie de 240.000 hanegadas.